Facundo Pignanelli
6 min readNov 28, 2022

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Después de decir en 2015 que nunca iba a sacar otro disco, James Bay nos dijo literalmente ¡Qué suerte que seas tan buena! y sacó Electric Light (2018). Después de eso, volvimos a decir que nunca más sacaba algo y cuando vimos Oh, My Messy Mind (2019), pensamos en un EP lanzado para terminar el contrato. Bay nos vuelve a demostrar lo contrario, con el lanzamiento de Leap (2022), un disco con el que parece que Bay tiene mucho a decir, en una manera en la que sus dos últimos trabajos — album y EP — no habían pretendido. Al escuchar Leap uno entiende rápidamente por qué.

Leap: A veces es mejor no decir nada

El principal problema de Leap es precisamente algo a lo que hacía alusión en el párrafo introductorio. Es muy evidente que James Bay pretendía decir algo con este disco (basado en el título, la manera en la que lo promocionó, etc.) y la verdad es que Leap no tiene nada más que decir que James Bay está en pareja. Bay intenta reflexionar e ir profundo cuando la verdad es que Leap tiene la profundidad de una bacha de cocina. Y es por eso que no se lo puede comparar con Electric Light, un disco donde Bay tampoco tenía absolutamente nada para decir pero la diferencia está en que jamás pretendió lo contrario al lanzar ese disco. Wild Love como lead single era una declaración de intenciones: No tengo nada para decir con este disco, arreglensé. Sin embargo, al haber elegido Give Me The Reason como el lead single de Leap, Bay salió a decir con bombo y platillo que esta vez si tenía algo para decir y que lo teníamos que escuchar. Uno se pregunta, para que.

Después de 3 discos y un EP, es evidente que James Bay nunca va a tener algo que decir, y no entiendo porque él y Republic Records se empeñan tanto en intentar hacernos creer lo contrario. ¿Por qué no abraza lo comercial sin tapujos? Artistas como Selena Gomez, Lady Gaga o Harry Styles por lo menos no te venden pescado podrido. No te dicen que tienen mucho que decir, solo te dan su música, y uno la disfruta sin demasiadas pretensiones. Y es hasta mejor, porque cuando encontrás que en un tema si tenían algo que decir, la sorpresa es grata y bienvenida. En cambio Leap desde el vamos me quiere transmitir que Bay si tiene algo para decir, pero nunca lo termino encontrando. Y en los pocos momentos donde parece que si lo va a hacer, uno se frustra porque dice ¡Ya era hora! El error garrafal de Leap es toda la expectativa que se le puso encima cuando hubiese sido mejor que Bay hubiese citado a Moria Casán cuando le preguntaron qué expectativas tenía y contestó Ninguna.

Leap es definitivamente eso. Un disco sin ninguna expectativa. Lindas canciones de fondo para un video 5-Minute Crafts o para que suenen en alguna tienda de Starbucks mientras la gente habla. Leap no tiene nada para decir, y eso es por diseño (o por la inabilidad de Bay de pensar en una letra y la de Republic Records de no ponerle, por lo menos, un letrista medio pelo), y en eso no falla. Es musica de fondo para cualquier fiesta animada.

Leap: 2 años tarde

Otro problema al que Bay parece no haber podido afrontar es el sonido y el overall theme que tiene el disco: Es un disco claramente de pandemia. En uno de sus posteos promocionando el disco dijo que lo viene escribiendo desde 2019 y la verdad que no se lo cree nadie (y si asi lo fuese, ¿Por qué no está Chew On My Heart en el disco?). Tiene el sonido del año 2020 y el problema es que estamos en 2022 ya. No entiendo porque esperó tanto para sacarlo, porque encima 2021 le daba justito 4 años desde Electric Light, lanzado 4 años después de Chaos and the Calm (2014). En un punto esto me recuerda a Harry’s House (2022) de Harry Styles, un disco cuyas principales críticas fueron precisamente lo 2020 que sonaba en un mundo que ya está en postpandemia.

Leap: No sos vos, es Republic Records

Todos los problemas que le veo a Leap no son problemas propios del disco: En sí, es un álbum que pasa sin pena ni gloria, pero tampoco es malo. El problema de Leap, es el cómo se lo promocionó y el momento en el que fue lanzado. Yo no sé quién le dijo a James Bay que la mejor manera de promocionar el álbum era hacerse el filósofo cuando la verdad es que es un nene de familia de plata con la capacidad de reflexión de una ameba. Del mismo modo, no entiendo quien le dijo que Julio de 2022 era un momento bárbaro para sacar el disco. Es notorio que en Republic Records tienen un desdén de James Bay y la verdad es que se lo ganó él solito también. Yo creo que si este disco salía el año pasado (o mejor aún, finales de 2020 que fue cuando el mundo empezó su ‘Leap’ con las primeras vacunas) y no se hubiese hecho énfasis en la profundidad del trabajo, hubiese sido mucho mejor. Republic Records te quiere vender sonido de hace dos años como si fuese lo último y un trabajo super retrospectivo cuando Haceme la Có de Noelia Pompa tiene mucho más pensamiento en su letra que todo Leap junto.

Leap: Gracias y vuelva pronto (o mejor no)

Para resumir, creo que Leap es un disco promedio, cuya promoción y timing está totalmente errado. Es un sonido básico, del año 2020, que te lo intentan enchufar como lo último de lo último. Es muy pretensioso desde el titulo y la verdad es que este disco es cuadripléjico, no hay ningún ‘Leap’. Bay nunca innova, nunca intenta nada nuevo. Me pregunto si es porque sencillamente no es capaz de hacerlo y su discográfica pretende mucho más de lo que el realmente puede, ya que si le sacáramos todo ese contexto y le aplicamos la lógica de Electric Light, encontramos algunos temas que voy a volver a escuchar sin ninguna duda, sobre todo en la segunda mitad del disco, donde parece que Bay por fin empieza a intentar otra vez. Precisamente es en esto donde James Bay brilla mejor: Cuando deja las pretensiones y se dedica a hacer lindas canciones.

Espero que en 2026, Bay y Republic Records dejen estas pretensiones de lado y lancen un disco que no pretende, que es acorde a lo que verdaderamente es, y ahí Bay estará en condiciones de lanzar un álbum digno de ser el sucesor de Electric Light. Mientras tanto, Bay seguirá condenado a la dulce mediocridad de Leap: Manotazos de ahogado de alguien quien no tiene nada para decir pero se está (o lo están) obligando igual.

En sintensis, Leap intenta ser un gran salto para el hombre, cuando la realidad es que está más cerca de ser el desastroso salto de Mao Zedong en los años 60. Pero no es culpa del disco en sí, acá los responsables son Bay y Republic Records. Leap por si solo intenta luchar contra las injustas expectativas que estos le ponen encima, y termina siendo un álbum que duerme y entretiene a partes iguales. Cuatro sobre diez es mi puntaje para el album, y solo el album. Lo que Leap hace bien, es a su propio crédito y bastante bien trabajo hace con todo lo que le han tirado encima. Le decimos gracias y ojalá que vuelva pronto, esta vez sin tantas pretensiones y quizá le irá mejor. En lo personal, me sigo quedando con el para nada pretensioso Electric Light, que es el verdadero James Bay en su máxima expresión: Lindas canciones, sin nada para decir.

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